miércoles, 14 de diciembre de 2016

EL EQUILIBRIO DE LA TIERRA Y LA HIPOTESIS GAIA

La hipótesis Gaia es un modelo interpretativo sobre la biosfera que afirma que la vida fomenta y mantiene unas condiciones adecuadas para sí misma, afectando al entorno. Según la hipótesis Gaia, la atmósfera y la parte superficial del planeta Tierra se comportan como un todo coherente donde la vida, su componente característico, se encarga de autorregular sus condiciones esenciales tales como la temperatura, composición química y salinidad en el caso de los océanos. Gaia se comportaría como un sistema auto-regulador (que tiende al equilibrio). La hipótesis fue ideada por el químico James Lovelock en 1969 (aunque publicada en 1979) siendo apoyada y extendida por la bióloga Lynn Margulis.Lovelock estaba trabajando en ella cuando se lo comentó al escritor William Golding, fue éste quien le sugirió que la denominase “Gaia”, diosa griega de la Tierra (Gaia, Gea o Gaya).

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Fundamentos.
Esta teoría se basa en la idea de que la biosfera autorregula las condiciones del planeta para hacer su entorno físico (especialmente temperatura y química atmosférica) más hospitalario con las especies que conforman la «vida». La hipótesis Gaia define esta «hospitalidad» como una completa homeostasis. Un modelo sencillo que suele usarse para ilustrar la hipótesis Gaia es la simulación del mundo de margaritas.
Según la segunda ley de la termodinámica, un sistema cerrado tiende a la máxima entropía. En el caso del planeta Tierra su atmósfera debería hallarse en equilibrio químico, todas las posibles reacciones químicas ya se habrían producido y su atmósfera se compondría mayoritariamente de CO2 (Se estimó que la atmósfera debería componerse de, aproximadamente, un 99 % de CO2) sin apenas vestigios de oxígeno y nitrógeno. Según la teoría de Gaia, el que al día de hoy la atmósfera la compongan un 78 % de nitrógeno, 21 % de oxígeno y apenas un 0,03 % de dióxido de carbono se debe a que la vida, con su actividad y su reproducción, mantiene estas condiciones que la hacen habitable para muchas clases de vida.
Con anterioridad a la formulación de la hipótesis Gaia se suponía que La Tierra poseía las condiciones apropiadas para que la vida se diese en ella, y que esta vida se había limitado a adaptarse a las condiciones existentes, así como a los cambios que se producían en esas condiciones. La hipótesis Gaia lo que propone es que dadas unas condiciones iniciales que hicieron posible el inicio de la vida en el planeta, ha sido la propia vida la que las ha ido modificando, y que por lo tanto las condiciones resultantes son consecuencia y responsabilidad de la vida que lo habita.
Para explicar cómo la vida puede mantener las condiciones químicas de Gaia, Margulis ha destacado la gran capacidad de los microorganismos para transformar gases que contienen nitrógeno, azufre y carbono.

La hipótesis Gaia en el área hispanohablante.

 En el área hispanohablante también se han realizado trabajos de investigación sobre la hipótesis Gaia. Algunos de estos trabajos han servido para corroborar partes importantes de la hipótesis, como es el caso de los que se presentaron en la tercera conferencia Gaia de Valencia.
Dentro de los trabajos presentados en Valencia estaba el del investigador Ricardo Amils del Instituto de Física Teórica UAM/CSIC, que demostró que las bacterias que habitan las aguas del río Tinto (Huelva), con alta concentración de metales pesados y muy ácidas, no sólo toleran el hábitat sino que contribuyen con su metabolismo a mantenerlo en esas condiciones.
Asimismo, el estudio de los investigadores Carlos Pedrós y Rafael Simó, del Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona (CSIC), apunta a que el plancton marino emite mayor cantidad de sulfuro de dimetilo cuando aumenta la temperatura superficial de las aguas del mar. El aumento de la concentración de este compuesto en la atmósfera contribuye a aumentar el albedo, por lo que se consigue que una menor cantidad de radiación solar alcance las capas superficiales oceánicas. Este efecto contribuye a disminuir la temperatura del agua, de manera que se consigue una autorregulación de la misma.
Otro aporte teórico importante sobre la hipótesis Gaia es el realizado por el profesor Carlos de Castro Carranza, del Grupo de Energía y Dinámica de Sistemas de la Universidad de Valladolid. De Castro es autor de varias publicaciones sobre la teoría Gaia orgánica.
De Castro mantiene una posición crítica ante lo que tilda como abandono de una posición de defensa de Gaia como organismo vivo, abandono que achaca a los impulsores iniciales de la hipótesis Lovelock y Margulis. De Castro trata de argumentar como una Gaia definida como organismo vivo es compatible con la ciencia. De esta manera, el autor defiende a Gaia orgánica como una teoría científica, que parte de la hipótesis inicial de Lovelock: que Gaia es un organismo evolutivo teleológico no necesariamente compatible con la teoría de la selección natural de Darwin.

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Referencias:

https://es.wikipedia.org/wiki/Hip%C3%B3tesis_Gaia

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